«La gente compra lo justo y necesario», dijeron a época Hugo Lucena y Daniel Carasso, referentes de carnicerías de la ciudad. Reconocieron que mejoró la venta pollo por lo accesible de su precio. Por ahora, la venta de asado para el Día de la Madre no repunta.
Alimentarse bien todos los días y llegar a fin de mes son algunos de los grandes desafíos a los que les hacen frente las familias argentinas. La crisis económica que agobia al país desde hace ya un buen tiempo tiene en la pérdida del poder adquisitivo quizás su rostro más duro.
La retracción en el consumo es uno de los botones de muestra de esta realidad a la que las familias correntinas no logran escaparle. Tanto es así que el consumo de carne vacuna viene en caída y, según datos recabados por época ante carniceros locales, a fines de septiembre experimentó una caída del 20% interanual.
Este descenso se atribuye principalmente a lo poco que rinden los salarios en los consumidores y también al aumento constante de los precios de la carne, que según el INDEC supera el 33% en lo que va del año.
«La gente compra lo justo y necesario», comentó Hugo Lucena, histórico carnicero del mercado de productos frescos. «El precio de la carne está totalmente inestable y los aumentos son constantes, especialmente en los últimos meses», agregó.
Al profundizar en sus conceptos, agregó: «Hoy en muchos comercios un kilo de asado está 13.000 o 14.000 pesos y para una familia mediana se complica gastar más de 30.000 pesos para compartir un asadito un domingo».

Daniel Carasso, un empresario de este rubro cuya carnicería se halla en pleno microcentro, coincidió en que la venta de carne vacuna está en baja. «No es que la gente no quiera comer carne vacuna, el problema de fondo es que la plata no le alcanza porque además de comer bien hay que pagar cuentas, servicios y mantener la casa y los gastos familiares», reflexionó.
Ante esta situación, los consumidores buscan alternativas más económicas para complementar su dieta. El pollo y el cerdo se presentan como opciones viables, aunque no logran reemplazar el sabor y la tradición que representa la carne vacuna para la cultura alimenticia local.
«El pollo está mucho más barato que la carne», señaló Lucena. «La pata-muslo es mucho más accesible y rendidora, aunque no sea igual de rica que la carne de vaca», redondeó. Carasso, por su parte, indicó que el pollo se mantiene en un precio relativamente estable desde hace unos meses.
Día de la Madre
En cuanto a las perspectivas para el Día de la Madre, ambos carniceros coincidieron en que el movimiento es muy tranquilo hasta el momento. Carasso añadió: «Hasta hoy por ayer notamos muy poco movimiento, pero veremos cómo se va dando la dinámica de consumo de aquí al fin de semana». Sin embargo, ambos consultados esperan que la gente siga apostando por el asado para celebrar el Día de la Madre, aunque quizás en menor medida que el año pasado, adaptándose a las posibilidades de su bolsillo.
¿Hay sobreoferta de pollo?

El brote de influenza aviar detectado durante agosto en la provincia de Buenos Aires paralizó las exportaciones y produjo una sobreoferta de pollo en el mercado interno.
La situación es aprovechada por los consumidores, pero afecta de lleno a los productores y empresas que vienen registrando pérdidas millonarias en las últimas semanas al no poder realizar los envíos al exterior normalmente.
El productor avícola, Carlos Gallardo, manifestó en declaraciones mediáticas: «Venimos hace 40 días con una sobreoferta de carne aviar al mercado. Estamos trabajando un 40% por debajo del costo para poder palear con todos los volúmenes de producción que estaban lanzados a campo con destinos de exportación y hoy necesariamente tiene que ser volcados al mercado interno».
En relación al impacto que genera en el consumo local, el productor señaló que toda esa sobreoferta que hay en el mercado actualmente genera una baja de precios importante y eso desplaza el consumo de carne vacuna y carne porcina poniendo al pollo como primera opción.
Pero no todas son tan malas para los productores avícolas del país, ya que a principios de octubre Argentina pudo reactivar las exportaciones de productos aviares tras cerrar el brote de influenza en aves de granjas comerciales y restituir el estatus sanitario, lo que fue comunicado ante la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA).
Ante la finalización de las tareas de sacrificio, enterramiento, limpieza y desinfección, y habiendo transcurrido más de 28 días sin novedades sanitarias, el SENASA se autodeclaró libre de la enfermedad.
Al mismo tiempo, detallaron que «las tareas de vigilancia epidemiológica continúan en todo el territorio nacional, por lo que se recomienda a los productores avícolas continuar con las medidas de manejo sanitario, higiene y bioseguridad necesarias y obligatorias de acuerdo a la Resolución SENASA 1699/2019».
D. ÉPOCA




